El sujeto de estudio, al que llamaremos María,
muestra una serie de características que, a grandes rasgos, podrían
personificarla. Después de la entrevista con María, podemos decir que se trata
de una persona autónoma, reservada y poco afectiva. Sin embargo, aunque
aparenta ser una persona un tanto parca en su actitud inicial para con las
entrevistadoras, pareciera ser que a lo largo de la entrevista su actitud
cambió, volviéndose más abierta a la conversación. Ante estas consideraciones
iniciales, el presente ensayo tiene como objetivo la realización de un breve
análisis de la vida del individuo con respecto a algunos aspectos de su
historia de vida, que se podrían considerar como determinantes y constituyentes
de sus actitudes actuales. Para esto, se aplicará la teoría correspondiente a
los caracteres de “Mujer sola” y el deseo de poder en las mujeres.
En principio, consideramos de suma importancia la
relación que María mantenía con su madre a lo largo de su vida. Así, María
comentaba: “Mi mamá tenía carácter fuerte- carácter fuerte… ¿era violenta?- violenta,
cacheteaba. Pero a veces, era amorosa
así o casi… No era amorosa. Tenía una cara así y te hacía así.”A
partir de este fragmento de la entrevista y de la historia de la relación de
los padres de María, se intuye que la maternidad de la madre de María se trató
más bien de un deseo condicionado por la sociedad de la época. Así, Alizade
(1998) sostiene que la presión de la sociedad hace de la maternidad un alto
bien, dictando las normas de “Buena madre” y que, sin embargo, estas normas
reprimen deseos y ocultan situaciones que podrían ser perjudiciales.
Considerando el contexto en el que vivió y se desarrolló el sujeto de estudio,
podemos decir que la gran cantidad de hermanos (es decir, el aumento progresivo
del número de miembros de su familia) permitía designar a su madre con el
imperativo de “Madre buena”. Sin embargo, esta situación llevó a María a
trabajar desde muy joven para contribuir con su familia, ayudar a su madre poco
afectiva con el cuidado de los hermanos, lo cual tal vez indicaría un interés
temprano en satisfacer sus propias necesidades de manera autónoma, a razón de
no contar con un objeto primario lo suficientemente bueno. Sin embargo,
pareciera ser que esta situación inicial y después de un largo periodo de
desarrollo, así como lo indica Alizade (1998) promovió en María una adecuada
entrega a su interioridad, convirtiéndose en “Madre de sí misma”, que podría
caracterizarse en su temprana independencia y autonomía.
Así
mismo, es importante resaltar una situación particular que le ocurrió a María a
los 16 años con respecto a su primera relación con un objeto fuera del círculo
familiar. Ante esto, el sujeto de estudio resaltó que este había sido un evento
que definitivamente “la marcó” en su vida con estas palabras: “Un fracaso por sí, yo creo que eso me enseño
a ser dura”. En este evento particular, María fue traicionada por su pareja
(le fue infiel), con cuya madre mantuvo una relación a pesar de la ruptura, la
cual, concluyó con el matrimonio de la pareja con otra mujer. A partir de esto,
se puede decir que, en base a las ideas
de Alizade & Seelig (2007) el alejamiento de María y su posterior
mención de haberse vuelto más “Dura” podrían corresponder a un deseo hostil de
diferenciador con respecto a sus relaciones amorosas e incluso con los
posteriores vínculos de apego. Además, se podría decir también que esta
actitud, según lo indica Alizade (1998) correspondería al proceso en el que
María se convertiría en objeto para sí misma, es decir, un narcisismo que le
llevaría a buscar independencia y autonomía sin temor a encontrarse consigo
misma en los espacios de soledad.
En
conclusión, se puede decir que María en la actualidad muestra la tendencia a la
búsqueda de soledad e independencia sin temor a la misma. Podría decirse que
las actitudes que la definen como persona se remontan a una serie de
experiencias (la relación que mantenía con su madre y la traición de su
pareja). Estas, promovieron un proceso de individuación particular, el cual,
además, le permitió a María un acceso a su intimidad en búsqueda de un refugio
en sí misma y el conocimiento de sus características definitorias, las cuales
posiblemente le permitieron sobrepasar las múltiples dificultades de su vida y
la convirtieron en la persona que es hoy.
Bibliografía
Alizade,
M. (1998). La mujer sola. Buenos Aires: Editorial Lumen.
Alizade, M., &
Seeling, B. (2007). El techo de cristal. Buenos Aires: Grupo Editorial
Lumen.
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